
A finales de mayo, huyendo de las ferias de nuestra ciudad, hemos escapado a una de nuestras zonas predilectas: la costa de la Janda, es decir, de los municipios de Conil, Vejer y Barbate, en Cádiz.
Además de por muchísimos otros atractivos, destaca por las variadas y fantásticas opciones para el nudismo en playas como Castillejo en Caños de Meca, Faro de Trafalgar, Mangueta, Castilnovo, cala de Puntalejo, calas de Roche… Infinitas o recoletas, al abrigo del levante o del poniente, para todos los gustos.
Tras varios intentos anteriores en los que no había disponibilidad (si, tras leer este post, os entran ganas de ir, ¡planeadlo con tiempo!) conseguimos alojarnos en los Bungalows Puravida. Y qué acierto, amig@s.
Se trata de un complejo de 12 bungalows -más bien casitas- diseminadas y semiocultas entre la frondosidad de un jardín de buganvillas, bambú, hibisco, palmeras y aves del paraíso, alfombrado de verde, que debe proporcionar el mejor frescor incluso en las épocas de más calor. Una de las cosas que más nos han gustado es la intimidad casi completa conseguida gracias a la disposición asimétrica de las pequeñas construcciones y la vegetación al servicio de esta idea.


Los alojamientos, en su mayor parte en planta baja, consisten en estudios o apartamentos para dos personas, a la vez funcionales y decorados con sencillez y cariño. A nosotros, que creemos que, tantas veces, menos (con sensibilidad y reflexión) es más (que el lujo despersonalizado), que la simplicidad es riqueza, nos ganó.


Como podéis sospechar, el factor decisivo para escoger Puravida fue que en su web se dice -sin destacarlo demasiado- que la piscina es de “bañador opcional”. Esta es una gozada. Casi es el único lugar en el que nos encontramos con otros huéspedes, a pesar de que estaba al completo. Un@s desnud@s, otr@s con bañador, otras en topless, en ambiente amigable y de respeto máximo. Nosotros pasamos en realidad casi todo el tiempo desnudos, no sólo en la piscina, y no percibimos extrañeza y mucho menos reproche, sino total naturalidad.


La magia del lugar tiene su núcleo, creo, en esa idea de libertad y respeto mutuo. Alfredo, el dueño, lo sintetizó espontáneamente a la perfección cuando le preguntamos por el horario de la piscina: “aquí no hay normas, sólo descanso”. Esto me hizo percatarme de que en todo el complejo no hay un solo cartel que prohíba u obligue. Quizá os parecerá un detalle insignificante, acostumbrados como estamos a códigos que tantas y tantas veces asumimos sumisamente, pero ¡resulta tan liberador! Y, como el respeto bien entendido es una calle de doble dirección que nace de la confianza, correspondemos con eso a veces tan escaso que es el sentido común. Qué simple y qué infrecuente.

Abierto a toda diversidad, a mascotas, a nudistas y textiles… Eso sí, no a niñ@s. Suponemos que sería mucho más difícil conseguir la atmósfera que os describía si esto último no fuera así. Si tenéis hij@s, sabed que merecéis, de vez en cuando, un paréntesis.
Puravida se ubica en Zahora, y en un 15 minutos a pie puedes llegar a una playa en la que, a la izquierda, caminando hacia el faro de Trafalgar, ya no es infrecuente la presencia de nudistas. Con el coche, en cinco minutos estás en Castillejos o en La Mangueta, donde el nudismo es tradicional aunque no exclusivo. En las cercanías al alojamiento hay también muy buenas opciones gastronómicas.
Los precios, sobre todo fuera de los meses de julio y agosto, son bastante razonables, en comparación con la oferta de la zona y la calidad de la experiencia que ofrece. Eso sí, como dije antes, es recomendable reservar (siempre a través de su web, no lo busquéis en centrales de reserva tipo booking) con bastante antelación.
Resulta triste e incomprensible que una zona con una tradición naturista tan asentada, con tantos kilómetros de playa donde nadar y tomar el sol desnud@, no tenga oferta de alojamiento orientada a la multitud de personas que disfrutan de algo tan simple como prescindir de la ropa cuando no es necesaria. El cierre de la zona naturista del camping Cala del Aceite en Conil (del que os hablaba en este post) tras su compra por una empresa multinacional ha sido la peor noticia del año en ese sentido. ¿Algún/a promotor/a en la sala? Juraría que aquí hay eso que llaman “nicho de mercado”; tomen como ejemplo el gran negocio de decenas de centros naturistas en Francia, o sin ir más lejos, comprueben cómo la ocupación de campings como Almanat, El Portús o El Templo del Sol es superior a otros textiles.
Termino expresando nuestro sincero agradecimiento a Alfredo y su equipo por haber logrado un lugar así. Volveremos en cuanto nos sea posible.
Buenas, la verdad que tiene una pinta fantástica, lo único malo es que no aceptan a niños. Pero no descarto algún fin de semana romántico y descansar de los niños.
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